Las madres nunca se cansan de repetir lo que tienen que hacer sus hijos, y en este caso el protagonista de este vídeo debería haber escuchado a su madre cuando esta le repetía una y otra vez que no echara pulsos con los amigos ya que podría llegar a hacerse daño. El niño, como buen aventurero valiente que es, ese día decidió no hacer caso a su madre y optó por medirse contra un compañero de clase para ver quién de los dos era el más fuerte probablemente con la intención de impresionar a todas las mozas allí presentes. Como se puede apreciar a mitad de vídeo, el niño tiene la mala suerte de perder el pulso, pero no porque se quede sin fuerza, sino porque directamente se dobla el brazo de forma que este quede al revés de cómo debería estar. El vídeo no tiene ningún desperdicio, y aviso, los más sensibles deberían pensarse dos veces si quieren ver este fragmento ya que no resulta precisamente muy agradable; allá cada uno con su valentía…
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